De ascensores va la cosa.
El ascensor ayud贸 en la aparici贸n de los rascacielos, sin ellos la gente se negaba a subir tantas escaleras a pie y los edificios por aquel entonces contaban con un m谩ximo de seis pisos. En 1852 Elisha Graves Otis un hombre de cuarenta y un a帽os eclips贸 al publico con su invent贸; un dispositivo de seguridad para los ascensores. Se consideraba un hombre de esp铆ritu teatral y por ello realiz贸 una primera demostraci贸n del mecanismo de seguridad en el Palacio de Cristal en New York en 1854, y otra en 1856 en un edificio de Broadway; subi贸 junto a barriles, cajas y dem谩s carga y luego orden贸 que cortaran el cable. La funci贸n fue exitosa, lo que hizo disparar sus ventas, en otro tipo de elevadores hubiera sido una maniobra mortal.
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Palacio de Cristal |
«¿El truco? Un recio muelle en la parte superior de la plataforma, al subir se arqueaba y no ten铆an contacto con los rieles gu铆a de cada lado, y al cortar el cable el muelle recuperaba su forma y se trababan evitando el desplome.»
Digamos que Otis perfeccion贸 y cre贸 su propia mec谩nica de lo que otros antiguamente crearon. Si queremos saber de donde procede uno de los ascensores mas antiguos del mundo debemos remontarnos a la 茅poca de Vitruvio y en sus primeras referencias sobre la existencia de ascensores, atribuy茅ndolo a Arqu铆medes como el creador de este dispositivo en el a帽o 236 a.C. Sin una polea nada de esto hubiera sido posible y su invento no puede atribuirse a nadie en concreto, aunque Plutarco relata que Arqu铆medes afirmaba en su correspondencia con el rey Hier贸n que una fuerza dada pod铆a mover cualquier peso. Seg煤n tambi茅n relata Plutarco en su obra, Hier贸n le pidi贸 a Arqu铆medes una demostraci贸n y tras cargar su barco con muchos pasajeros y con las bodegas repletas, Arqu铆medes se sent贸 a cierta distancia, y halando la cuerda arrastr贸 sin gran esfuerzo el barco, sac谩ndolo del agua tan estable y derecho como si permaneciera en el mar.
Una pena la absurda muerte que tuvo Arqu铆medes (por un malentendido) y tambi茅n la tortura que sufri贸 Santa Catalina la cual un monasterio lleva su nombre. Se dice que en el Monasterio de Santa Catalina existi贸 otro ascensor entre el a帽o 527 y 565; en referencias hist贸ricas cuando Mois茅s vio la zarza que ard铆a sin consumirse, 'la zarza ardiente' en la boca de un ca帽贸n de dif铆cil acceso a los pies del Monte Sina铆, Egipto. La zarza que a煤n se conserva supuestamente es la original. Los elevadores de aquella calurosa zona estaban hechos de c谩帽amo y eran movidos mediante la fuerza de humanos o animales. Dicho monasterio continua habitado.
Otro elevador movido humanos era el del palacio imperial que Ner贸n construy贸 despu茅s del incendio de Roma; la Casa de Oro. Creado con madera de s谩ndalo, deslizado por rodillos sobre cuatro carriles e impulsado por una polea y un cable del que tiraban los esclavos. Una campana advert铆a cuando el ascensor estaba en movimiento y cuando deb铆an dejar de tirar. El emperador Trajano tras la muerte de Ner贸n cubri贸 de escombros la Domus Aurea, la Casa de Oro. En el siglo XV un joven romano cay贸 accidentalmente por una hendidura y hall贸 el acceso a las b贸vedas bajo tierra, todo un descubrimiento que no hab铆a sido saqueado al contrario de lo que hicieron en el Coliseo.
Uno de mis lugares favoritos tambi茅n tuvo ascensor, el Palacio de Versalles para el uso privado de Luis XV, el cual utilizaba para visitar a sus amantes en la planta superior sin ser visto en escaleras ni en salones. La primera de las amantes en utilizarlo fue Madame de Chateauroux en 1743. 'No est谩 mal para alcanzar el cielo' dec铆a Luis XV refiri茅ndose a su encuentro.
En 1889 el franc茅s Leon Edoux instal贸 un ascensor en la Torre Eiffel, En cambio la marca Siemens, en Alemania, construy贸 el primer ascensor el茅ctrico capaz de viajar a dos metros por segundo.
Una pena que un hombre como Otis que aport贸 tanto a la seguridad de la que hoy gozamos, muriera olvidado en alg煤n l煤gubre lugar de Manhattan.
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Elisha Graves Otis
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El edificio m谩s alto cuenta con 163 pisos
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